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Tres amigos debaten sobre el significado del dinero, la innovación y la estabilidad

 

Imaginemos que tres amigos se encuentran en el Foro Romano. Uno de ellos ve la tecnología con optimismo, otro la ve con escepticismo y al tercero lo que le interesa es tener una visión global. Empiezan a debatir sobre la forma en que innovaciones como las monedas estables, los depósitos tokenizados, las monedas digitales de bancos centrales (MDBC) y la infraestructura financiera digital han modificado la naturaleza del dinero. En un mundo distorsionado por la incertidumbre, dialogar es fundamental. Escuchémoslos.

Optimus: Stabilius, acabo de descubrir un nuevo método de pago fabuloso. Desde mi teléfono puedo transferir dinero a cualquier persona en el mundo. Y es instantáneo, fácil y barato. Para recibir fondos, solo hay que obtener un código QR o compartir un número. Hasta los comerciantes pueden utilizarlo. Se llama moneda estable.

Stabilius: Ay, Optimus, otra vez con lo mismo. No es más que otra aplicación para transferir dinero.

Optimus: No, no, no. También se puede tener un saldo en monedas estables. Sin necesidad de una cuenta de banco aparte. La moneda estable es el banco.

Stabilius: ¡No es un banco! Los bancos tienen bóvedas, oficinas, garantías de depósitos, tienen…

Optimus: Ya, tienes razón, no es un banco. Pero es comprensible. Los bancos combinan servicios. Distribuyen dinero: nuestros depósitos. Por el lado comercial, atienden a clientes y comerciantes, y desarrollan aplicaciones de banca electrónica. Por el lado administrativo, gestionan las bases de datos para rastrear nuestro dinero, se comunican con otros bancos para transferir fondos y ofrecen servicios como la detección del fraude. Toda la gama de servicios.

Stabilius: ¿Y? A mí me gusta mi banco. Me gusta pagar con tarjeta. Y los bancos están experimentando con los depósitos tokenizados.

Optimus: Sí, hay muchísima gente como tú. Las empresas de monedas estables son un poco diferentes. Lo que hacen es ofrecer un instrumento de pago, denominado en dólares, euros, yenes y posiblemente otras monedas, y tercerizan la mayor parte de las tareas administrativas y de atención al público. Las monedas estables se registran y transfieren en cadenas de bloques. Por otro lado están los proveedores de billeteras digitales, que se dedican a conseguir clientes y crear aplicaciones. Esto permite que todas las empresas en la cadena sean más innovadoras. Desde luego, los bancos y los gestores de activos no son meros espectadores. Ellos también están buscando maneras de lograr que sus depósitos y otros activos estén disponibles en cadenas de bloques.

Stabilius: ¿Y cómo detectan el fraude y garantizan que las transacciones no sirvan para financiar a terroristas?

Optimus: Eso lo definen claramente las leyes y regulaciones de cada país. Dependiendo de las regulaciones específicas, varias empresas financieras, entre ellas los proveedores de monedas estables, tienen la obligación de “conocer a sus clientes” y detectar el lavado de dinero y las actividades delictivas.

Stabilius: Bien, ¿pero cuáles son las ventajas para los usuarios?

Optimus: Las empresas de monedas estables han acumulado millones de usuarios a escala mundial, que realizan transacciones transfronterizas a toda hora y a bajo costo, y pueden operar a mayor escala. Cinco años atrás, eso era casi imposible.

Stabilius: Veo la energía creativa, el potencial de crecimiento, la mayor competitividad... todo eso es bueno. Pero las monedas estables no dejan de ser limitadas. Se usan sobre todo para comprar criptoactivos como bitcoin; son el instrumento de pago en el mundo de las cadenas de bloques.

Optimus: Es cierto, pero podrían usarse para pagos al por menor si se integraran en las aplicaciones populares de los teléfonos. Para comercio electrónico, transacciones transfronterizas o la compra de títulos en cadenas de bloques. Los fondos del mercado monetario y los gestores de activos están empezando a ofrecer productos de inversión, como fondos cotizados en bolsa, en cadenas de bloques. Y los bancos están estudiando cómo lograr que sus depósitos sean transferibles en la misma infraestructura.

Stabilius: ¿Pero son seguras las monedas estables?

Optimus: Bueno, el valor de las monedas estables fluctúa con el valor de los activos que el emisor mantiene como reservas. Por eso las autoridades han ido introduciendo leyes y regulaciones que hacen más seguras las monedas estables.

Estabilidad

Stabilius: Es un buen comienzo, pero solo el primer paso. ¿Son sólidas las regulaciones? ¿Será estricta la supervisión? ¿Habrá medidas para controlar las actividades dudosas?

Optimus: ¿Por qué no? Las empresas de monedas estables quieren ser reguladas y ganarse la confianza del público.

Stabilius: Al contrario. Algunas pueden tratar de atraer a malhechores ofreciéndoles anonimato.

Optimus: A esas ni siquiera se les debería permitir distribuir dinero. No cumplirían con los requisitos reglamentarios.

Stabilius: Ah, ¿pero podrán los usuarios distinguir las monedas estables que apuntan a un valor fijo en dólares o euros, por ejemplo, de las que buscan representar activos de mayor riesgo? Desde luego que las últimas no deberían considerarse dinero; y en cuanto a las primeras, también es debatible si la mayoría de la gente las aceptará “a ciegas” como dinero.

Optimus: Stabilius, ¡estás menospreciando mi capacidad de distinguir lo bueno de lo malo!

Stabilius: Perdona, no me malinterpretes. Pero incluso en tu caso veo un riesgo. Con el dinero privado siempre se han producido pánicos. Como ya dijiste, cuanto más estables sean los activos de reserva, más estables serán las monedas estables. Las letras del Tesoro son buenos activos de respaldo, pero incluso sus precios varían con los movimientos de las tasas de interés. Si los precios bajan mucho, los usuarios podrían deshacerse en forma masiva de las monedas estables, sobre todo si tienen dudas sobre qué activos exactamente se mantienen como respaldo.

Optimus: Hasta los depósitos bancarios son riesgosos, porque no todos están garantizados. Y los emisores de monedas estables pueden mantener capital adicional como respaldo. ¿Y qué tal si se mantienen activos aún más seguros y líquidos, como las reservas del banco central?

Stabilius: Sí, eso sería más seguro. Pero tal vez los bancos centrales se rehúsen a participar, o a inmovilizar sus reservas.

Riesgos cambiarios

Vastus: Amigos, tomen asiento y miren el horizonte. Yo veo otros dos riesgos. Las monedas estables son seguras y prácticas, como dice Optimus, pero los ciudadanos de países con inflación alta, monedas débiles y sistemas de pago deficientes querrán acapararlas. ¡Por fin un dólar accesible! Cada persona quizá salga ganando. Pero colectivamente, podrían vaciar los depósitos de los bancos y socavar la capacidad del banco central para gestionar la política monetaria y estabilizar el sistema financiero. ¿De qué sirve fijar las tasas de interés de una moneda que nadie usa? ¿Serán las monedas estables la sentencia de muerte de las monedas más débiles?

Optimus: Tienes razón, ese es un problema. Pero los países podrían exigir que las monedas estables se mantengan en billeteras sometidas a regulaciones internas, con límites de tenencia.

Stabilius: Del dicho al hecho hay un largo trecho... Las personas pueden ocultar la ubicación de sus computadoras; hacer cumplir la ley es difícil en un mercado sin fronteras.

Optimus: Es cierto, pero la tecnología cumple un doble propósito, Stabilius. Puede ayudar a burlar límites, pero también a hacer que se cumplan. Desde ya que los emisores de monedas estables tendrían que cooperar con las autoridades nacionales.

Vastus: Otro riesgo es la fragmentación, es decir, la dificultad de cambiar una moneda estable por otro tipo de moneda o por otra moneda estable. Imagínate, Optimus, que tú tienes la moneda estable A y Stabilius, la moneda estable B. Dime, Optimus, ¿cómo le pagarías a Stabilius?

Optimus: Hago clic en el botón y listo…

Vastus: No es tan fácil. Stabilius no se fía de la moneda A. Solo le interesa la B. Y tú no puedes cambiar de A a B fácilmente, porque es posible que A esté respaldada por un grupo distinto de activos, tal vez porque está regulada de manera diferente en otro país. O supongamos que A se registra en una cadena de bloques y B en otra, y que las dos son incompatibles. Hay soluciones, pero son complicadas y costosas. O a lo mejor logras convencer a Stabilius de que mantenga la moneda A. Pero entonces surge un problema de monopolio; todos tienen la misma moneda.

Reservas de bancos centrales

Optimus: Los bancos resolvieron este problema hace tiempo. Todos mantienen cierta cantidad de reservas del banco central —un activo común y seguro— y cuando un banco le paga a otro, transfiere reservas a través del sistema de pagos del banco central. ¿Por qué no pueden hacer lo mismo las monedas estables?

Vastus: Entonces estaríamos volviendo de pleno a la moneda digital del banco central. Si las reservas del banco central estuvieran a disposición de los emisores de monedas estables durante 24 horas, solo para los pagos, se podría garantizar la interoperabilidad, como dice Optimus. Tal vez a cambio de un poco más de supervisión por parte del banco central. Otra posibilidad es respaldar completamente las monedas estables con reservas. Estaríamos a un paso del intercambio de monedas estables por MDBC.

Optimus: ¿Pero cómo? ¿Eliminarías por completo la innovación y las conexiones con los clientes que han desarrollado las empresas de monedas estables?

Vastus: No exactamente. Habría que preservar el talento, la innovación y los nuevos servicios. Solo eliminar la creación de dinero. Esa es tarea de los bancos centrales, que saben hacerla de manera segura. Pero habría que dejar que las empresas privadas inventen formas de distribuir el dinero, de efectuar transacciones eficientes, de desarrollar servicios financieros. En lugar de obsesionarse con una superaplicación para una MDBC y encargar esa tarea a los bancos centrales, habría que habilitar al sector privado para que se vuelque a la innovación, de forma segura y apasionada. Es una estrategia diferente: una MDBC con la mira puesta en la integración y la innovación.

Optimus: ¡Ese es el optimismo que me gusta!

Stabilius: No funcionará. Sin un balance, o sin ingresos derivados de la tenencia de activos como letras del Tesoro, las empresas de monedas estables se fundirán.

Optimus: No necesariamente. Ya están reembolsando la mayor parte de sus ingresos a los usuarios a través de incentivos, y la competencia impulsará esa tendencia. Además, tendrán que encontrar otras fuentes de ingresos para cuando los rendimientos de las letras del Tesoro se aproximen a cero durante las desaceleraciones. Encontrarán la manera. Además, los bancos centrales podrían incentivar la innovación.

Stabilius: ¿Y así encaminar a las empresas privadas?

Los caminos del dinero

Vastus: Tranquilos. Estamos solo especulando. El dinero no existe en un vacío; salvo el efectivo, el dinero se registra en los libros contables, que son los caminos por donde circula el dinero. ¡Los caminos han unido imperios! La infraestructura es importante.

Optimus: Las cadenas de bloques son los nuevos caminos, Vastus. Son los libros en los que se registran y negocian las monedas estables. Y también pueden registrar títulos. Cualquier activo, en realidad. Si el dinero y los títulos están en la misma cadena de bloques, puedes pagar por un título en el momento exacto que lo recibes, y eso reduce los riesgos de que te quedes sin alguno de los dos. La automatización también es más fácil, se pueden realizar transacciones transfronterizas a cualquier hora, sin necesidad de tantos intermediarios costosos.

Vastus: Eso presupone los debidos fundamentos legales y regulatorios, pero aún se están definiendo. Y ojalá que se armonicen entre los países.

Stabilius: El verdadero riesgo es la concentración. Si una sola cadena de bloques ofrece tantas ventajas, ¿acabaremos con una enorme cadena de bloques nacional o regional en la que se registran todos los activos? ¿Habrá una moneda estable predominante que prefiera una cadena de bloques determinada, y luego imponga sus normas al resto?

Optimus: Las monedas estables no dependen de la infraestructura. Pero los planes pueden cambiar. La misma moneda estable puede volver a emitirse en diferentes cadenas de bloques.

Stabilius: Ese sea quizás el futuro, aunque pasar de una cadena a otra es caro y acarrea riesgos. Ahí es donde acechan los ciberdelincuentes. Pero más allá de las monedas estables, la competencia entre cadenas de bloques es saludable, y la diversidad siempre suma. Puede que una cadena sea mejor en cuanto a la confidencialidad; otra, a la programabilidad, y una tercera, a la velocidad.

Vastus: Lo complejo es la compatibilidad. El código escrito para una cadena —para establecer propiedad, intercambiar activos o comprobar identidades— debe poder funcionar en otra cadena. La compatibilidad alivia los problemas de concentración y fragmentación.

Stabilius: Tal vez el sector público pueda desempeñar el papel de verificar la estabilidad y compatibilidad de las cadenas de bloques y sus respectivos contratos, ¿qué opinan?

Optimus: De hecho, yo iría un paso más allá. Si se necesita dinero del banco central en una cadena para liquidar transacciones de modo que todo el mundo esté tranquilo, entonces los bancos centrales pueden actuar como catalizadores de un estándar de cadena de bloques en lugar de otro. Todos querrán ser compatibles con el banco central. Mientras tanto, la innovación puede seguir ocurriendo en cadenas externas, pero compatibles.

Stabilius: Del dicho al hecho... Pero ese es el rumbo que están explorando algunos bancos centrales. Todo avanza con rapidez.

Optimus: Para evitar las desventajas de la concentración, pero seguir teniendo suficiente innovación y solo una o unas pocas cadenas de bloques, se me ocurre una idea que quizá sea rebuscada: habilitar la programación de código abierto y la propiedad descentralizada. Miles de programadores innovando y proponiendo nuevas prestaciones, y miles de computadoras operando la cadena de bloques, sin darle el control a una única entidad, pero con un eficiente intercambio de activos de todos modos. Y así nadie tendría que pagar miles de millones para desarrollar su propia cadena de bloques.

Stabilius: Yo nunca tendría un activo en una cadena de bloques sin un número de atención al cliente al que pueda llamar. Jamás. ¿Y qué mecanismos rigen una comunidad descentralizada, incluso si tiene buenas intenciones?

Optimus: La gobernanza es un problema, y también lo es la privacidad, pero están surgiendo soluciones. Solo tenemos que cambiar de mentalidad. El número de teléfono será el de tu billetera electrónica, o el de tu agente de bolsa, o el del emisor del activo. Ellos podrían controlar los activos y asumir la responsabilidad. Las reglas para las transacciones podrían estar incorporadas como código en el propio activo y podrían aplicarse de manera automática. De este modo, se supone que todos podrían realizar transacciones; ahora bien, si están autorizados o no es otra cosa.

Vastus: Optimus, nos has abierto los ojos al futuro. Pero tal vez estás yendo demasiado lejos, o demasiado rápido. Estamos hablando del patrimonio de las personas, de la estabilidad financiera, de la credibilidad de las instituciones. Quizás en algún momento lleguemos a donde dices, o a otro lugar. Hazme un favor, no te despegues de Stabilius. Juntos encontrarán el rumbo y el ritmo de cambio adecuados.

Stabilius: Tú sí que eres sabio, Vastus.

Optimus: Pase lo que pase, tenemos que seguir adelante…

TOMMASO MANCINI-GRIFFOLI es jefe de división en el Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI.

Las opiniones expresadas en los artículos y otros materiales pertenecen a los autores; no reflejan necesariamente la política del FMI.