¿Cómo puede una economía hacer más con menos?
Aunque a veces no seamos conscientes de ello, pensamos continuamente en la productividad. ¿Puedo asumir otro proyecto en el trabajo sin sacrificar mi fin de semana? ¿Puedo ahorrarme el tiempo del transporte si trabajo desde casa? ¿Me ayudará este curso a hacer mejor mi trabajo?
Los libros de autoayuda centrados en la productividad suelen ocupar un lugar destacado en las listas de ventas. Los últimos best sellers en Estados Unidos prometen a sus futuros lectores consejos sobre cómo "hacer más en menos tiempo", "alcanzar sus metas sin estrés" o "recuperar tiempo en un mundo cada vez más exigente".
Los macroeconomistas también dedican mucho tiempo a reflexionar sobre la productividad y lo hacen de una forma muy similar, centrándose en la productividad de la economía en su conjunto, a la que denominan productividad total de los factores (PTF).
La PTF mide la capacidad de una economía para generar ingresos con los recursos utilizados en la producción, es decir, de hacer más con menos. Los recursos a los que nos referimos son los factores de producción de la economía: principalmente, la mano de obra que proporcionan sus trabajadores (el "trabajo") y sus tierras, maquinaria e infraestructura (el "capital"). Si una economía incrementa su ingreso total sin utilizar más recursos, o mantiene su nivel de ingreso usando menos recursos, se dice que disfruta de una mayor PTF.
Según los datos de Penn World Tables, las economías con algunas de las mayores PTF del mundo —como los Países Bajos, Noruega, Suiza y Estados Unidos— se encuentran también entre las más ricas. Habida cuenta de esta relación entre la eficiencia productiva y la prosperidad económica, preocupan las tendencias que se han observado en los últimos tiempos. Estudios recientes del FMI muestran que el crecimiento de la PTF se ha ralentizado a escala global desde la crisis financiera mundial. En los países en desarrollo de ingreso bajo, en los últimos años prácticamente se ha estancado.
Nivel de vida
La PTF es una estadística macroeconómica importante por dos motivos. En primer lugar, las mejoras del nivel de vida han de proceder del crecimiento a largo plazo de la PTF. Esto es así porque el nivel de vida se mide como el ingreso por persona, así que una economía no puede elevarlo limitándose a incorporar más y más gente a su fuerza laboral.
Además, los economistas han acumulado muchos datos que prueban que las inversiones en capital tienen rendimientos decrecientes. Por lo tanto, la mejora de la PTF es la única fuente posible de crecimiento duradero del ingreso por persona, como demostró por primera vez Robert Solow, ganador del Premio Nobel, en un estudio de 1957.
El crecimiento de la PTF también es la respuesta para quienes sostienen que el crecimiento económico continuo acabará por agotar los recursos finitos del planeta. Cuando la PTF mejora, nos permite mantener o elevar el nivel de vida conservando recursos, incluidos recursos naturales como el clima y la biosfera.
El segundo motivo por el que la PTF es tan importante en la economía está muy relacionado con el primero. Siguen existiendo grandes diferencias de nivel de vida entre países. Después de tener en cuenta las diferencias en los precios nacionales, se estimó que, en 2023, el ingreso per cápita promedio en Sudán del Sur, uno de los países más pobres del planeta, era inferior al 1% del ingreso promedio de una persona en Estados Unidos, una de las naciones más prósperas.
Las diferencias en las horas trabajadas o en su acceso al capital explican tan solo una parte de estas disparidades de ingreso entre países. El grueso de las diferencias —más del 66% según una estimación reciente— se debe a grandes disparidades entre países en términos de la PTF.
Esta es una de las principales preocupaciones de los responsables de la formulación de políticas de todo el mundo. Para las autoridades de las economías de mercados emergentes y en desarrollo, la pregunta clave es cómo cerrar la brecha de la PTF con otros países más prósperos. Solo si lo consiguen podrán ofrecer mejores empleos y un nivel de vida más elevado a sus ciudadanos, algo especialmente importante en las economías africanas que van a experimentar un fuerte crecimiento demográfico en las próximas décadas.
Para las autoridades de los países avanzados, reactivar el crecimiento de la PTF tiene que ver con trazar nuevas fronteras de productividad. Esto es necesario para que el crecimiento sea sostenible, en vista tanto de las preocupaciones ambientales como del envejecimiento de la sociedad. Dada la reducción del porcentaje de adultos en edad de trabajar, que solo puede compensarse parcialmente mediante la inmigración, la PTF tiene un papel fundamental en el mantenimiento del nivel de vida.
Una medida de nuestra ignorancia
¿Cómo puede crecer más un país utilizando menos recursos? Esta importante pregunta económica no tiene una respuesta sencilla. Estadísticamente, la PTF se mide como un valor residual: la parte del ingreso de un país que no puede atribuirse a factores de producción como el trabajo y el capital, que son más fáciles de cuantificar. Por lo tanto, representa una “medida de nuestra ignorancia” sobre qué hace que unos países sean ricos y otros pobres.
A lo largo del tiempo, los economistas han desmenuzado este valor residual identificando al menos tres variables que están estrechamente relacionadas con una PTF más alta.
Primero, la productividad de la fuerza de trabajo. La PTF es más alta en los países en los que el trabajador promedio tiene más años de instrucción, la calidad de la educación y la capacitación es mayor y la fuerza de trabajo disfruta de mejor salud. Estas ventajas permiten que la hora trabajada promedio genere más valor económico agregado, además de mejorar la calidad de vida en términos más generales.
Segundo, la asignación de los recursos. Incluso dentro de una actividad económica concreta, algunas empresas son mucho más productivas que otras. Por lo tanto, para la productividad total de una economía, es importante que las empresas más productivas de un determinado sector sean capaces de atraer la mayor parte del trabajo y el capital. Cuando esto es así, la economía puede considerarse "eficiente en la asignación de recursos". Pero si grandes cantidades de mano de obra y de capital están atrapadas en empresas relativamente improductivas, la economía está asignando sus recursos de manera ineficiente, lo que lastrará su PTF.
Tercero, el comercio internacional. El comercio incentiva a los países a especializarse en industrias en las que tienen una ventaja comparativa, lo que les permite utilizar sus recursos de una forma más productiva. El acceso al mercado global también ofrece a las empresas la oportunidad de aprovechar las economías de escala y la competitividad internacional suele favorecer a las empresas productivas en detrimento de las que lo son menos.
Estas tres variables permiten esbozar, en parte, un plan para la convergencia en materia de PTF de las economías en desarrollo, en las que la fuerza de trabajo suele tener menos acceso a educación y salud, la asignación ineficiente de los recursos es más habitual y suele haber mayores barreras para el comercio internacional.
Este plan incluye movilizar financiamiento para mejorar la provisión pública de servicios sociales, eliminar impuestos y subsidios que distorsionan el mercado y reducir los obstáculos a la competencia leal entre empresas, así como abrir las economías al comercio internacional.
Los estudios económicos sugieren que, de esta forma, se podría cerrar parte de la brecha de la PTF entre países ricos y pobres. No obstante, gran parte de esa diferencia sigue sin explicarse.
El poder de la innovación
Además, es poco probable que estas medidas proporcionen un gran crecimiento adicional de la PTF en las economías avanzadas, que ya se encuentran cerca de la frontera de la productividad de la fuerza laboral, la eficiencia en la asignación de recursos y la apertura comercial. En estas economías, la fuente más probable de crecimiento sostenido de la PTF es la innovación en tecnología, procesos de producción y variedad de productos, pero cada vez hay más datos que indican que el impacto de esa innovación se ha ralentizado en las últimas décadas.
¿Qué pueden hacer entonces las economías avanzadas? En primer lugar, deberían regirse por el principio de "no causar daño" y evitar errores en sus políticas, como permitir que se reduzca la competencia de mercado —que empresas poderosas utilicen sus posiciones monopolísticas para frenar la entrada de competidores y la innovación— o volver a recurrir al proteccionismo comercial, que tiene un elevado costo. Además, las autoridades deberían diseñar una regulación que aproveche los posibles beneficios en materia de productividad de innovaciones recientes en los ámbitos de la tecnología limpia, la tecnología de la información y las comunicaciones y la inteligencia artificial. También deberían acabar con las barreras que todavía restringen las oportunidades para que las mujeres y las minorías aporten su talento y su potencial innovador a todos los sectores de la economía.
Los entresijos de la PTF pueden parecer algo ajeno a nuestra vida cotidiana. Pero si dentro de unas décadas la humanidad sufre menos estrés y disfruta de fines de semana más largos, será sobre todo gracias al crecimiento de la PTF, y no a los libros de autoayuda.
Las opiniones expresadas en los artículos y otros materiales pertenecen a los autores; no reflejan necesariamente la política del FMI.