Volver arriba
Capítulo 1
La pandemia sigue propagándose en América Latina y el Caribe (ALC), pero la actividad económica está repuntando. Tras una profunda contracción en abril, la actividad empezó a recuperarse en mayo, a medida que los confinamientos fueron levantándose gradualmente, que los consumidores y las empresas adaptaron prácticas de distanciamiento social, que algunos países introdujeron importantes políticas de apoyo, y que la actividad mundial fue fortaleciéndose. Se proyecta que el PIB real se contraiga 8,1 por ciento en 2020, y que se recupere moderadamente en 2021 dada la persistente propagación del virus y las consiguientes medidas de distanciamiento social y secuelas a más largo plazo. Los riesgos para las perspectivas continúan sesgados a la baja, y la incertidumbre en torno a la evolución de la pandemia es una de las principales fuentes de riesgo. Las prioridades fundamentales en materia de políticas son frenar la propagación del virus y hacer frente a la crisis sanitaria. En los países en los que los confinamientos aún son un obstáculo para la actividad, las políticas deben centrarse en garantizar que las empresas dispongan de suficiente liquidez y en proteger el empleo y los ingresos, mientras se trazan planes de consolidación fiscal a mediano plazo para salvaguardar la sostenibilidad de la deuda. En los países que están relajando las medidas de confinamiento, los esfuerzos han de concentrarse en apoyar la recuperación, por ejemplo, mediante reformas estructurales. Una vez que la pandemia esté bajo control, y que la recuperación esté bien encaminada, la política fiscal deberá enfocarse en reponer los márgenes de maniobra. La política monetaria debe seguir siendo acomodaticia mientras la inflación permanezca dentro del rango fijado como meta y las expectativas inflacionarias estén bien ancladas.