Informe sobre la estabilidad financiera mundial
Informe sobre la estabilidad financiera mundial, abril de 2021
marzo de 2021
Resumen Ejecutivo
Las excepcionales medidas de política han relajado las condiciones financieras y han respaldado la economía, ayudando a contener los riesgos para la estabilidad financiera. No obstante, las medidas adoptadas durante la pandemia podrían tener consecuencias no intencionadas, como tensiones en las valoraciones y un incremento de las vulnerabilidades financieras. Se prevé que la recuperación sea asíncrona y divergente entre las economías avanzadas y las economías de mercados emergentes. Ante las amplias necesidades de financiamiento externo, los mercados emergentes enfrentan enormes desafíos, especialmente si un aumento persistente de las tasas de interés en Estados Unidos trae consigo una revaloración del riesgo y un endurecimiento de las condiciones financieras. En muchos países, el sector empresarial sale de la pandemia sobreendeudado, con diferencias notables según el tamaño y el sector de la empresa. Las dudas en torno a la calidad del crédito de los prestatarios más afectados y las perspectivas de rentabilidad probablemente lastrarán el apetito por el riesgo de los bancos durante la recuperación. Es urgente pasar a la acción para evitar un legado de vulnerabilidades. Los responsables de la política económica deben intervenir de forma temprana y emplear selectivamente algunas herramientas de política macroprudencial más restrictivas, evitando al mismo tiempo un amplio endurecimiento de las condiciones financieras. Asimismo, deben respaldar el saneamiento de los balances para fomentar una recuperación sostenible e inclusiva.
Capítulo 2: Condiciones financieras laxas, apalancamiento creciente y riesgos para la estabilidad macrofinanciera
Las empresas no financieras y los hogares (el sector privado no financiero) de muchas economías ingresaron a la crisis provocada por la pandemia de COVID-19 con niveles de apalancamiento históricamente elevados, atribuibles a condiciones financieras relativamente laxas . Esas condiciones se debían en parte a las políticas monetarias sumamente acomodaticias instituidas por los principales bancos centrales desde la crisis financiera mundial. Si bien la extraordinaria política de respaldo monetario y fiscal lanzada en respuesta al shock de la COVID-19 indudablemente ha contribuido a amortiguar su impacto, el apalancamiento del sector no financiero ha aumentado aún más tanto en las economías avanzadas como en las de mercados emergentes. A fin de evaluar los posibles peligros para la recuperación económica después de la pandemia, este capítulo emplea datos sobre las principales economías avanzadas y de mercados emergentes para examinar los riesgos de un apalancamiento elevado y en rápido crecimiento para la estabilidad macrofinanciera. El análisis del capítulo muestra que la relajación de las condiciones financieras tiende a acelerar la acumulación de apalancamiento. Esto es relevante porque el crecimiento elevado o los niveles elevados de apalancamiento complican más la espinosa disyuntiva intertemporal que enfrentan las autoridades. Esa disyuntiva surge porque las condiciones financieras laxas, si bien estimulan el crecimiento a corto plazo, contribuyen a agudizar los riesgos a la baja para el crecimiento a mediano plazo. Al ir en contra de la corriente, la política macroprudencial puede contribuir en gran medida a moderar las acumulaciones de apalancamiento y reforzar la resiliencia, mitigando así los riesgos para la estabilidad financiera futura. En el contexto actual, aunque las políticas de respaldo siguen siendo necesarias a corto plazo para facilitar la recuperación económica, las autoridades deberán mantenerse atentas a los crecientes riesgos para la estabilidad macrofinanciera derivados de los altos niveles de apalancamiento. Teniendo en cuenta los posibles rezagos entre la implementación y el pleno impacto, las autoridades deberán actuar sin demora y apretar herramientas macroprudenciales focalizadas para hacer frente a las crecientes vulnerabilidades en el sector no financiero. A medida que el sector financiero no bancario asuma un papel más importante como fuente de financiamiento para el sector no financiero, se deberían hacer esfuerzos urgentes por elaborar herramientas para este sector. Por último, en vista de las dificultades para diseñar e implementar herramientas macroprudenciales dentro de los marcos actuales, las autoridades deberán plantearse si es necesario establecer colchones en otros ámbitos para proteger el sistema financiero.
Capítulo 3: Los riesgos para la estabilidad financiera durante y después de la crisis de la COVID-19
La crisis causada por la COVID-19 ha asestado un duro golpe al sector de los inmuebles comerciales. Los precios y las transacciones internacionales de bienes raíces comerciales sufrieron una caída en 2020, cuando las medidas de contención adoptadas en respuesta a la pandemia afectaron profundamente a la actividad económica. Parte del efecto adverso en los segmentos minorista, de oficinas y de hotelería podría ser permanente, ya que algunas actividades quizá continúen llevándose a cabo virtualmente y otras podrían trasladarse fuera de las grandes ciudades. El gran tamaño del sector de los inmuebles comerciales y su fuerte dependencia del financiamiento con deuda —en el cual desempeñan un papel significativo tanto bancos como instituciones financieras no bancarias, así como inversionistas internacionales en algunas jurisdicciones— sugieren que estos cambios podrían tener implicaciones posiblemente significativas para la estabilidad financiera. Contra este telón de fondo, este capítulo intenta identificar y cuantificar los riesgos para la estabilidad financiera derivados del mercado inmobiliario comercial y analizar las herramientas de política disponibles para mitigarlos. El capítulo encuentra que las desalineaciones de precios en este mercado se han agudizado durante la pandemia y que podrían exacerbar los riesgos a la baja para el futuro crecimiento del PIB a través de correcciones de precios potencialmente fuertes. Los choques adversos en los precios de los bienes raíces comerciales perjudican la capacidad crediticia de los prestatarios de este mercado y la solvencia de los prestamistas, y reducen la inversión del sector de empresas no financieras. Aunque la senda de recuperación del sector dependerá inherentemente de los cambios estructurales provocados por la pandemia, en la coyuntura actual aún está justificada la continuación de la política de apoyo para mantener condiciones financieras laxas, preservar el flujo de crédito al sector empresarial no financiero y estimular la demanda agregada para facilitar la reactivación del sector. Sin embargo, las condiciones financieras laxas podrían contribuir a un aumento en la vulnerabilidad y a una desalineación de precios persistente. Deberán desplegarse sin demora herramientas macroprudenciales focalizadas (por ejemplo, límites a la relación préstamo/valor y de cobertura de servicio de la deuda) para enfrentar estas vulnerabilidades. En los casos en que las grandes entradas de capitales en el sector planteen riesgos para la estabilidad financiera, se podrían emplear medidas de gestión de flujos de capitales bajo circunstancias específicas. Los esfuerzos también deberían estar centrados en ampliar el alcance de la política macroprudencial para abarcar las instituciones financieras no bancarias, que son importantes intermediarios en los mercados de financiamiento de los bienes raíces comerciales. Por último, se debería considerar el uso de pruebas de tensión para informar la toma de decisiones sobre la idoneidad de los colchones de capital para las exposiciones a inmuebles comerciales.