América Latina sufre un shock inflacionario tras otro
18 de abril de 2022
Tras años fluctuando en torno a las metas fijadas, la inflación registra los niveles más elevados de los últimos 15 años en las principales economías de América Latina, habiendo sufrido dos shocks importantes: los efectos de la pandemia, y los de la guerra de Rusia y Ucrania.
Al igual que en otras economías avanzadas y de mercados emergentes, la inflación se aceleró en Brasil, Chile, Colombia, México y Perú (AL-5) en 2021. Inicialmente, el incremento de la inflación estuvo impulsado por la subida de los precios de los alimentos y la energía, pero se tornó más amplio como consecuencia de la inercia de la política monetaria y las prácticas de indexación salarial (contratos cuyas condiciones se ajustan automáticamente con la inflación), así como de la fuerte recuperación de la demanda, primero la de bienes, pero más adelante también la de servicios.
La guerra en Ucrania supone un nuevo shock inflacionario para la región. Nuestras estimaciones indican que un incremento de los precios internacionales del petróleo de 10 puntos porcentuales provocaría un aumento de la inflación de 0,2 puntos porcentuales en AL-5, mientras que un incremento de los precios mundiales de los alimentos de 10 puntos porcentuales se traduciría en un aumento de la inflación de 0,9 puntos porcentuales. Un shock combinado de los precios del petróleo y los alimentos de 10 puntos porcentuales elevaría la inflación en 1,1 puntos porcentuales.
Las presiones inflacionarias, agravadas por la guerra, podrían mantenerse debido a la existente indexación y las indicaciones tempranas de recuperación del mercado laboral en algunos países.
Además de las repercusiones de carácter macroeconómico, la actual subida de la inflación es regresiva, y son los hogares de bajo ingreso los que se ven más afectados por el incremento del costo de vida. En una región que históricamente registra niveles de desigualdad elevados, la erosión del ingreso real provocada por la escalada de los precios de los alimentos y la energía no hará sino aumentar las tensiones económicas que enfrentan los hogares vulnerables de la región. Asimismo, como se indicaba en la edición de octubre de 2021 de las Perspectivas económicas regionales, los hogares de bajo ingreso ya habían sido los más perjudicados por las consecuencias económicas de la pandemia.
Determinantes de la inflación
Los factores mundiales, y más concretamente los precios de las materias primas y las importaciones, fueron uno de los principales motores de la inflación en 2021. Nuestro análisis sugiere que tienen mayor importancia en esta región que en las economías avanzadas.
Sin embargo, también intervinieron factores internos. Si bien estos suelen ser específicos de cada país, algunos de ellos guardan relación con la pandemia y son comunes a los países de la región. Como ocurre en algunas economías avanzadas, como Estados Unidos, parece que en AL-5 están relacionados con la recuperación del consumo privado en 2021.
El estímulo fiscal y otras medidas de apoyo impulsaron la demanda de bienes en la mayor parte de los países de AL-5 durante los primeros meses de la pandemia, y la inflación subyacente de bienes evolucionó en la misma dirección. El crecimiento de la demanda de servicios, respaldada por la suspensión de las restricciones a la movilidad, volvió la inflación más generalizada, como señala el reciente aumento de la inflación subyacente de servicios. Por ejemplo, la demanda privada de bienes se recuperó de forma rápida y con fuerza en Chile, en razón del apoyo fiscal y los retiros de fondos previsionales, y estuvo seguida de una recuperación sostenida, aunque más moderada, de la demanda privada de servicios, que contribuyó a la subida de la inflación básica del 6,6 por ciento interanual en febrero de 2022.
Las expectativas a largo plazo se mantienen bien ancladas
Tras la expansión sin precedentes de la política monetaria para respaldar la economía durante los primeros meses de la pandemia, los bancos centrales de AL-5 revirtieron rápidamente su orientación cuando la inflación comenzó a aumentar, incrementando a menudo las tasas de interés más de lo previsto por los participantes en el mercado.
El Banco Central de Brasil fue el primero en cambiar de rumbo, en marzo de 2021, y le siguieron otros, lo cual generó aumentos de la tasa de interés acumulada de entre 1,75 y 9,75 puntos porcentuales respecto de los niveles de finales de 2020.
Estas medidas, unidas a la credibilidad de los bancos centrales de AL-5 en la lucha contra la inflación, lograda con tanto esfuerzo, han mantenido ancladas las expectativas de inflación a largo plazo, pese a la subida de la inflación. Como se observa en la edición de octubre de 2021 de las Perspectivas económicas regionales, parece que los bancos centrales de AL-5 han alcanzado una credibilidad superior a la del banco central medio de los mercados emergentes.
Los bancos centrales deben mantener la vigilancia y seguir tomando medidas decisivas en caso necesario.