Obreros de la construcción en Yakarta, Indonesia, donde se prevé que el crecimiento repunte al 5,2% este año (foto: Xinhua/Sipa USA/Newscom).

Obreros de la construcción en Yakarta, Indonesia, donde se prevé que el crecimiento repunte al 5,2% este año (foto: Xinhua/Sipa USA/Newscom).


El repunte del crecimiento en Asia representa una oportunidad para realizar reformas

17 de octubre de 2017

Asia se mantiene a la cabeza de la economía mundial, previéndose que experimente un crecimiento vigoroso del orden del 5,6% este año y del 5,5% en 2018. La fortaleza de muchas de las economías de la región ofrece la oportunidad de llevar adelante reformas fundamentales que pueden amplificar y acelerar sus efectos beneficiosos, mejorando los niveles de vida para todos, manifestó el FMI en su más reciente evaluación regional.

La edición de octubre de 2017 del informe Perspectivas económicas regionales del FMI para Asia y el Pacífico cita el sólido nivel de consumo e inversión y la demanda externa superior a la prevista como los factores que han impulsado la recuperación del crecimiento. No obstante, dados los riesgos planteados al crecimiento, tales como el rápido aumento del crédito en China, el avance del proteccionismo y las tensiones geopolíticas, los responsables de la política económica no pueden desacelerar el ritmo de las reformas.

“Asia se encuentra en una posición favorable ya que el ímpetu del crecimiento sigue siendo vigoroso. No obstante, es prematuro emitir un juicio sobre la duración de este repunte. El impulso favorable que goza la región presenta una oportunidad de adoptar reformas estructurales y hacer frente a las vulnerabilidades”, dijo Changyong Rhee, Director del Departamento de Asia y el Pacífico del FMI.

Un clima financiero favorable

La situación financiera en Asia también es favorable gracias al ingreso de cuantiosos flujos de capital en el primer semestre de 2017.

Aunque las perspectivas de crecimiento se han corregido al alza, la inflación se ha revisado a la baja, a un nivel del 2,3% para 2017, es decir, 0,6 puntos porcentuales menos que las proyecciones previas de abril, principalmente debido a la disminución de los precios de las materias primas y la apreciación de las monedas nacionales.

El crecimiento en la región es vigoroso pero desigual

Globalmente, la recuperación del crecimiento en la región se puede atribuir a un crecimiento superior al previsto en China, Japón, Corea y los países que pertenecen a la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN), el cual contribuyó a compensar las perspectivas menos favorables de Australia e India.

Se espera que China, la economía más importante de la región, registre un crecimiento del 6,8% este año y del 6,5% el año que viene. La corrección al alza de este año refleja la continuación del fuerte gasto en infraestructura y la resiliencia del sector inmobiliario en el primer semestre del año. El país tiene el potencial de mantener un sólido crecimiento en los próximos 3 a 5 años, pero para lograrlo deberá acelerar las reformas para que el crecimiento sea menos dependiente de la deuda y la inversión.

En India el crecimiento se desaceleró en los últimos trimestres debido a las perturbaciones temporales provocadas por la iniciativa de cambio monetario, la denominada desmonetización, que tuvo lugar en noviembre de 2016, y la adopción de un nuevo impuesto sobre bienes y servicios. Este impuesto representa un aspecto clave en la reforma tributaria que ayudará a unificar el mercado interno e incentivará a las empresas a pasar del sector informal al formal. El crecimiento se corrigió a la baja en 2017 para reflejar la reciente desaceleración, pero se prevé que retome ímpetu en el mediano plazo a medida que estas perturbaciones temporales se disipen.

Japón experimentó un crecimiento sostenido por encima del crecimiento potencial durante seis trimestres consecutivos durante el primer semestre de 2017. Se espera que el crecimiento alcance el 1,5% en 2017 impulsado por el repunte de la demanda externa y el consumo incentivado por transferencias fiscales.

En otros países de Asia y el Pacífico, las perspectivas económicas siguen siendo favorables (véase el cuadro). En particular se espera que los países de la “ASEAN-5”, que comprende Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia, registren un crecimiento del 4,9% este año y en 2018. El sólido crecimiento en estos países proviene principalmente del aumento de la inversión y las exportaciones.

Perspectivas: riesgos y retos para el futuro

Dado el sólido crecimiento de la región en general, los riesgos a corto plazo para las perspectivas están, en términos generales, equilibrados. Del lado positivo, la recuperación cíclica en China y Japón podría ser más pronunciada y durar más de lo esperado, impulsada por el aumento de la confianza y condiciones de mercado más favorables.

Pero una súbita restricción de las condiciones financieras mundiales podría desencadenar perturbadoras salidas de flujos de capital que afectarían en particular a las economías emergentes y en desarrollo de Asia y debilitarían sus perspectivas de crecimiento.

Un ajuste pronunciado en China debido a políticas insostenibles, nuevos aumentos de la deuda y crecientes desequilibrios financieros también representan riesgos para las perspectivas de la región.

Asimismo, dado que las economías asiáticas son especialmente vulnerables al proteccionismo debido a su apertura comercial e integración a las cadenas internacionales de valor, un giro mundial hacia políticas de repliegue podría frenar las exportaciones de Asia y reducir la inversión extranjera directa en la región. La profundización de los riesgos geopolíticos también podría afectar negativamente a las perspectivas de crecimiento a mediano plazo de la región.

Además, en el largo plazo, Asia deberá enfrentar dos retos fundamentales: el envejecimiento de la población y el rezago del crecimiento de la productividad (una medición de la eficiencia de un país). La robusta recuperación y el margen de maniobra fiscal de algunos países brindan una oportunidad de compensar los costos a corto plazo y obtener el respaldo público para iniciar ambiciosas reformas estructurales con el fin de afrontar los retos en el mediano plazo.

Políticas que afianzan el crecimiento

Ante tales desafíos, las políticas deben apuntar a mejorar los ingresos, crear empleo y asegurar que el crecimiento sea compartido por toda la región.

El informe destaca que la combinación de una inflación tenue e importantes afluencias de capital a la región proporciona margen para que las políticas económicas sigan siendo acomodaticias, y pueden aplicarse políticas del sector financiero más restrictivas para mitigar los riesgos a la estabilidad financiera.

Para hacer frente a los retos a largo plazo que representa el envejecimiento de la población en la región, el informe recomienda además políticas que protejan a los más vulnerables e incentiven a la población en edad de trabajar a integrarse a la fuerza de trabajo.

Esto incluye reformas que fomenten la participación en la fuerza de trabajo de mujeres y personas de edad avanzada (por ejemplo, en Japón) y fortalezcan los sistemas jubilatorios (por ejemplo, en Tailandia).

A fin de incentivar el aumento de la productividad, el informe recomienda reducir la carga normativa y promover la competencia en el sector de servicios (por ejemplo, en Corea) y minimizar las distorsiones tributarias para mejorar la asignación de recursos a las empresas productivas (por ejemplo, en Filipinas).